COLEGIO NACIONES UNIDAS IED
TALLER ÉTICA
GRADO NOVENO
Fragmentos del “Tratado sobre la Tolerancia”.
Voltaire.
PARA QUIENES ENTREGAN TARDE O NO HAN ENTREGADO TABAJOS: RECUERDEN QUE CONMIGO:
"EL AJEDREZ 👍👍ES UNA NOTA"🎶🎹
👍👍Revísenlo y ¡¡¡¡¡Disfrútenlo !!! 🎼
Para esto, revise la página del colegio.
ESTE TALLER DEBE SER RESUELTO Y ENVIADO COMO MÁXIMO EL DÍA 5 DE ABRIL A LAS 10 pm
Razón frente al oscurantismo y superstición.
Ilustración:
Hubo un tiempo en que se creyó obligatorio promulgar decretos contra los que enseñaban una doctrina contraria a las categorías de Aristóteles[RC21], al horror al vacío, a las quintaesencias y al universal de la parte de la cosa. Tenemos en Europa más de cien volúmenes de jurisprudencia sobre la brujería, y sobre la manera de distinguir los falsos brujos de los verdaderos. La excomunión de los saltamontes y de los insectos nocivos para las cosechas ha sido empleada profusamente y todavía subsiste en algunos rituales. La costumbre ha caducado; se deja en paz a Aristóteles, a los brujos y a los saltamontes. Los ejemplos de esas graves locuras, en otros tiempos tan importantes, son incontables: se producen otras de vez en cuando; pero cuando han producido su efecto, cuando se está harto de ellas, mueren por sí mismas. Si a alguien se le ocurriese hoy día ser carpocrático, o eutiquiano, o monotelita, o monofisita, o nestoriano, o maniqueo, etc., ¿qué sucedería? Se reirían de él, como de un hombre vestido a la antigua, con gola y jubón.
La superstición es a la religión lo que la astrología a la astronomía: la hija muy loca de una madre muy cuerda. Estas dos hijas han subyugado mucho tiempo toda la tierra.
Cuando, en nuestros siglos de barbarie, había apenas dos señores feudales que tuviesen en sus castillos un Nuevo Testamento, podía ser disculpable ofrecer fábulas al vulgo, es decir a esos señores feudales, a sus estúpidas mujeres y a los brutos de sus vasallos: se les hacía creer que san Cristóbal había transportado al Niño Jesús de una a otra orilla de un río; se les atiborraba de historias de brujas y posesos; imaginaban sin dificultad que san Genol curaba la gota y santa Clara las enfermedades de la vista. Los niños creían en los fantasmas y los padres en el cordón de san Francisco. La cantidad de reliquias era innumerable.
La herrumbre de tantas supersticiones ha subsistido todavía algún tiempo en los pueblos, incluso después de que la religión se depuró. Sabido es que cuando el Señor de Noailles, obispo de Chálons, mandó quitar y arrojar al fuego la pretendida reliquia del santo ombligo de Jesucristo, la ciudad entera de Châlons le hizo un proceso; pero el obispo tuvo tanto valor como piedad y no tardó en convencer a los habitantes de la Champaña que se podía adorar a Jesucristo en espíritu y en verdad sin tener su ombligo en una iglesia.
Los llamados jansenistas contribuyeron no poco a desarraigar insensiblemente en el alma de la nación la mayor parte de las falsas ideas que deshonraban a la religión cristiana. Se dejó de creer que bastaba recitar la oración de los treinta días a la Virgen María para obtener lo que se deseaba y para pecar impunemente.
Por fin, la burguesía ha empezado a sospechar que no era santa Genoveva la que daba o hacía cesar la lluvia, sino que era el propio Dios el que disponía de los elementos. Los frailes se han asombrado de que sus santos ya no hagan milagros; y si los autores de la Vida de san Francisco Javier volviesen al mundo, no se atreverían a escribir que este santo resucitó a nueve muertos, que estuvo al mismo tiempo en la tierra y en el mar y que, habiendo caído al mar su crucifijo, un cangrejo se lo devolvió.
Lo mismo ha sucedido con las excomuniones. Nuestros historiadores nos cuentan que cuando el rey Roberto fue excomulgado por el papa Gregorio V por haberse casado con la princesa Berta, su comadre, sus criados arrojaban por las ventanas los manjares que se habían servido al rey, y que la reina Berta dio a luz una oca en castigo de aquel matrimonio incestuoso. Se duda hoy día que los maestresalas de un rey de Francia excomulgado arrojasen su cena por la ventana y que la reina trajese al mundo un ansarón en semejante oportunidad.
Si hay algunos convulsionarios en un rincón de un barrio, se trata de una enfermedad pedicular[RC49] que sólo ataca al populacho más vil. La razón penetra día a día en Francia, tanto en las tiendas de los comerciantes como en las mansiones de los señores. Hay pues que cultivar los frutos de esta razón, tanto más cuanto que es imposible impedirles que nazcan. No se puede gobernar a Francia, después de haber recibido las luces de los Pascal[RC50], los Nicole, los Arnaud, los Bossuet, los Descartes[RC51], los Gassendi, los Bayle[RC52], los Fontenelle, etc., como se la gobernaba en tiempos de los Garasse y los Menot.
Si los maestros de los errores, quiero decir los grandes maestros, tanto tiempo pagados y cubiertos de honores por embrutecer al género humano, ordenasen hoy día creer que el grano debe pudrirse para germinar; que la tierra está inmóvil en sus cimientos, que no gira alrededor del sol; que las mareas no son un efecto natural de la gravitación, que el arco iris no está formado por la refracción y la reflexión de los rayos de la luz, etc., y si se basasen para ello en pasajes mal comprendidos de las Sagradas Escrituras para justificar sus órdenes, ¿cómo serían mirados por todos los hombres instruidos? ¿La palabra bestias sería demasiado fuerte? ¿Y si esos sabios maestros empleasen la fuerza y la persecución para hacer reinar su insolente ignorancia, el término de bestias feroces sería inadecuado?
Cuanto más se desprecian las supersticiones de los monjes, más se respeta a los obispos y más se considera a los sacerdotes; sólo hacen bien y las supersticiones ultramontanas harían mucho mal. Pero de todas las supersticiones, la más peligrosa ¿no es la de odiar al prójimo por sus opiniones? ¿Y no es evidente que sería todavía más razonable adorar el santo ombligo, el santo prepucio, la leche y el traje de la Virgen María que detestar y perseguir a nuestro hermano?
Sería el colmo de la locura pretender hacer que todos los hombres piensen de una manera uniforme sobre la metafísica. Se podría mucho más fácilmente someter el universo entero por las armas que subyugar todas las mentes de una sola ciudad.
VOLTAIRE PONE DE MANIFIESTO IRÓNICAMENTE LO QUE LA RELIGIÓN SIGNIFICA PARA ALGUNOS:
«Este pequeño globo, que no lo es, rueda en el espacio, lo mismo que tantos otros globos; estamos perdidos en esa inmensidad. El hombre, de una estatura aproximada de cinco pies, es seguramente poca cosa en la creación. Uno de esos seres imperceptibles dice a algunos de sus vecinos, en Arabia o en Cafrería: "Escuchadme, porque el Dios de todos esos mundos me ha iluminado: hay novecientos millones de pequeñas hormigas como nosotros en la tierra, pero sólo mi hormiguero es grato a Dios; todos los otros le son odiosos desde la eternidad; únicamente mi hormiguero será feliz, todos los demás serán eternamente desgraciados."»
RESUELVA LO SIGUIENTE EN EL CUADERNO:
1- Elabore el respectivo glosario
2- De cada párrafo (punto y aparte), en máximo dos renglones, exprese la idea principal del párrafo.
3- Luego de esto, elabore un mapa conceptual.
4- Responda:
a. ¿Qué diferencia hay entre: Superstición, Nigromancia, Brujería y Hechicería? (recuerde que para hacer la diferenciación o paralelo, debe saber bien qué significa cada una)
b. Según Voltaire, ¿Qué relación tienen la brujería y la hechicería con la religión?
5- Por último, en media página en su cuaderno, de SU PUNTO DE VISTA con respecto al tema que trata el autor.
PARA TENER EN MUY EN CUENTA
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